Cuando todo se quema, sólo las pavesas vuelan al viento.- AHRDE

He quedado con el shico de Lola y Gabrié. Hemos quedado por Instagram para hacer justicia a los tiempos y para que nos puedan tachar de millenials, aunque también les guste llamarnos generación perdida.

Creo que estoy ante mi primer encuentro a ciegas de la vida. El chico llega y me reconoce no llevo nada rojo ni rosa roja pero me parezco a las fotos de Instagram. El chaval lleva mascarilla de lunares (Siento que la mascarilla nos define) Nos sentamos en la terraza de Mamá Inés. Esa terraza siempre me gustó: escondida y recogida. Me ayuda a superar el recuerdo de Microteatro antes de que se convirtiera en lugares repetidos y redundantes. Nos sentamos: botellín y roibos (siento que también nos define)

Me he sentado con Ahrde, ilustrador y artista. Hemos quedado por redes sociales pero a los que le gusten las historias llenas de romanticismo, lo conocí en una librería. Mi amigo Alberto cumplía años y entré en el Gusanito Lector para comprar El Público de Federico García Lorca. Al pagar, vi unas láminas que me encantaron: Fotos, verde, palabras.

“Verdes como el trigo verde”, un Miguel de Molina bailando al verde o cantando a la libertad. Tenía el regalo, tenía alguien nuevo al que seguir su trabajo. Busqué Ahrde en redes y un torbellino de colores y ganas entraron por mi Xiaomi.  

Ahrde juega al collage, a la ilustración, al folclore. Juega al arte de manera viva. A él le sorprende que me quiera encontrar con él, a mi me sorprende que a él le sorprenda.

Nos sorprendemos como saludo de entrada y comenzamos a charlar. Me dice que hace tiempo que no viene a Sevilla, que le cuesta verla así con este gentío  de bozales a lunares o estampados. Me dice que Mama Inés antes era diferente que solía ir cuando estaba en Bellas Artes.

“¡Vamos, los dos años que estuve!”  La entrevista ha empezado, lo que me hace recordar que al final no dejamos de mostrarnos como somos y eso me encanta.

Indago en eso, me interesa saber cómo comienza a crear, como empieza a arder.

“Yo en realidad no pensaba en pintar. Me gustaba Bellas Artes pero porque me gustaba estudiarlo. Yo pintaba mal, no pintaba bien, pintaba caras, cara de gente, caras de Pinterest.”

Después de dos años restaurando decide marchar, decide buscar, decide sin saberlo aún, que hay algo pero que con 18 años no se sabe qué es.

Viaja a Madrid y me parece que ahí empezaba su propio viaje. Ese viaje que como el poeta que viaja Nueva York, busca, oscurece e ilumina. Me dice que allí estudia en una escuela de diseño, y que esos tres años tiene a Sevilla más presente que nunca.

“Yo me ponía hasta Allí Abajo en la tele”- Me gusta pensar que también tenía una estampita del puente de Triana debajo de la almohada, pero eso dice que no pasó (Ríe)

Me encuentro en sus palabras cuando dice que hay algo del desapego que hace que nos acerquemos a lo más nuestro. Pienso que nos encontramos con esa identidad de quienes somos por ver de donde venimos y nos descubre cómo estamos, aún si saber quienes seremos. Hablamos de la fuerza de las raíces como casa donde cimentar nuestro yo.

Es en Madrid cuando se interesa en la ilustración como forma de expresión. Comienza a dibujar con vocación.

“Todo era muy negro, mi madre me decía: Niño, pinta algo más alegre”

Vuelve a Sevilla y todo es de color. Estudia en LAB Sevilla y  ahora es cuando comienza a encontrar su lenguaje. Me dice que empieza a ver, empieza a mirar el folclore. Comienza a estudiar, investigar y a arroparse en los pensamientos horizontales que le llegan con La Paquera de Jerez, Las Grecas o Carmen Amaya. Está en casa y la identidad ha florecido. 

El estilo de Ahrde comienza a nacer, lleno de fotos antiguas, texturas y colores. Parece un traje de flamenca andante, cargado de historia y de color. Hablamos de Instagram esa celestina que a día de hoy se convierte en la mayor galería de ilustradores y creadores. Un buen canal de difusión donde exponer y compartir el trabajo, crear tu propio espacio, tu propia galería en estos tiempos de artistas forajidos.

Le pregunto cómo llegan las ramas de Lorca o los palillos de Miguel de Molina al Gusanito Lector (Ríe)

“A ver, yo me iba a la calle. Me ponía en la puerta de Bellas Artes a vender y no vendía nada. NADA” (Se ríe otra vez)

“Pero un día me encuentro un ramita de romero en mi ascensor de Montequinto. Esto tiene que ir bien” -se dice.

Se pasea por todas las librerías con un fajo de arte en la mano (me parece un riesgo osado) y es el Gusanito quien le compra sus primeras láminas.  De esa manera, alguien como yo las ve, alguien como yo las compra, alguien como yo le sigue y así,  se conoce la gente. Haciendo redes, que no solo tiene que ver con internet.  

Se muda a Granada, aún sabiendo que corre el riesgo de convertirse en pihippie. Pero creemos que eso solo puede pasar si eres guiri, jubilado o adinerado. Allí sigue creando, me habla de la Librería Ovni y sus “Noches Monguer” donde le dan un espacio en el que muestra y vende sus ilustraciones. Me habla de la idea de irse algún día al campo y llega la Covid. (Espero que algún día le dedique una ilustración a “La Coví” cual artista invitada)

“Es donde más he desarrollado mi trabajo. Me ponía todos los días, me hacía falta. Me sacaba y de repente, comenzó todo a moverse mucho más. La gente empezó a compartir mi trabajo mucho más.”

Él dice que es porque la gente estaba más aburrida. Yo creo que es porque Morente y sus fuegos internos le tuvieron que ayudar a encontrar la estrella.

Me habla de Granada y se le llenan los ojos de flores.

“Lo jondo, el arte, la riqueza. Ahí está todo.” Se enamora de Granada como Federico y el poder de creación sale.  La música le reencuentra, le ayuda a crear la imagen, la imagen le ayuda a encontrar la música.

“Para mí era necesario hablar sobre lo nuestro, nuestro folclore, el arte popular. Para que los jóvenes puedan tomarlo como referencia, como suyo, para que esté presente. El arte popular es la clave. Mis collages son muy arte pop popular

Me dice que le importa la imagen, que es muy potente pero que es incapaz de crearla si no tiene un mensaje claro. Se entusiasma hablando de la fuerza del mensaje, de la necesidad de no crear mensajes vacíos yo lo interpreto en no crear letrillas de coplas autotuneadas.

Hablamos de la necesidad de tener un espacio físico para crear, para separar el vivir, para vivir los mundos. Hablamos de la necesidad de la música o de un huerto donde desfogar y que de esa manera aparezca qué decir o cómo decirlo.

Ahrde dice que está en constante desarrollo. Dice que muchas veces nos obsesionamos por encontrar estilo o ser fiel a él. Dice que los artistas cambiamos, que estamos en constante desarrollo. Yo noto verdad en sus palabras, honestidad. Está en el aprender, en el ser, en encontrar nuevas caras, nuevos dichos o nuevos versos que acompañen a su universo, el de su tierra.

Hemos pedido vermú, Ayuso estaría orgullosa. Pero nos gusta pensar que el vermú es de los pueblos y la Humanidad. De igual manera, alabamos las croquetas de Bodegas La Ardosa en Madrid y cómo sobrevivimos a las frituras de El Tigre

Me dice que no tiene planes. Yo le admiro.

“No había programado nada, y ha ido saliendo. Tampoco puedo hacer otra cosa”

Veo mucha luz en él, mucho trabajo y  con muchas ganas de crecer, de estar aquí para los demás.  El chavalito de Montequinto me dice que podría haber malvivido con el Zurdo, el Kaki o el Rata. Ahí encontró referencias de un barrio que le motivan a llevar otras a otrxs.  Andrés me dice que tiene ganas de seguir creando, gestionando su trabajo, mimarlo, ser creador cultivar su huerto.

Le pregunto sobre la red de ilustradorxs fuertes  que existe, como están conectadxs. Me dice que cada unx tiene su estilo y que es bonito y da ganas ver como se apoyan entre ellxs

Me pregunta por el teatro, le cuento, charlamos sobre cine o escenario. Siento que ha comenzado mi entrevista, estamos tejiendo redes. Es la clave de los encuentros, encontrarse en el otro, conocer qué pasa al otro lado. Nos acabamos de seguir y no le hemos dado a ningún botón y eso me parece gloria.

Me parece apasionante cómo su tierra le ayudó a encontrar la identidad de su obra, o de la suya propia. Me apasiona ver cómo se despierta el amor por la raíces o las raíces despiertan el amor. Me apasiona que su madre tenga en el salón de su casa uno de sus collages luminosos como Lole y Manuel.

Y entonces, me acuerdo de esta carta de Federico a su familia desde Nueva York, esa época oscura y turbia y a la vez llena de esplendor.

[…] “Mi cuarto es bonito y siempre tiene brisa, pues es el sitio más alto de la ciudad y situado junto al río, de modo que es bastante fresco. Todavía no he sentido el calor. Hace exactamente el mismo que en Granada, y mi cuarto y este sitio es una especie de huerto. Lo terrible en verano es ir al centro, donde están las muchedumbres y personas. […] Vosotros pensaréis que estoy en un sitio prodigioso y yo pienso que vosotros estáis también en una maravilla. Y tan maravilla. Se viaja más yendo de Granada a Gerona que cruzando de punta a punta los Estados Unidos”

Carta de Poeta en Nueva York- Federico García Lorca/ Fernando Vicente

Me imagino a Andrés en su propio huerto de Granada, en el campo. Buscando imágenes, escuchando y sobre todo cultivando ramas y flores buscando el fresco pero sin dejar de arder.  

Nieve Castro - @nievcas

Finales de septiembre con Andrés


[...] Mujeres, derramad agua,
por favor;
cuando todo se quema,
sólo las pavesas vuelan
al viento.

Siento- Federico G. Lorca


AHRDE- ARTE E ILUSTRACIÓN

Sitio web: www.ahrde.com

Instagram: @_ahrde_

 

Comentarios

  1. Me ha encantado la entrevista, evocas imágenes de una manera entre mágica y poética que te hace querer seguir leyendo. Enhorabuena.

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    1. Muchísimas gracias! Me encantan tus palabras. Gracias por leer ❤

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  2. Me ha encantado la entrevista, evocas imágenes de una manera entre mágica y poética que te hace querer seguir leyendo. Enhorabuena.

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